26 noviembre 2006

Cartas a Laila

Cartas a Laila es un articulo de opinion que aparece los sabados en la contraportada del diario La Opinion de A Coruña firmado por Andres Cepadas. Yo siempre disfruto de su lectura. Podeis encontrar estos articulos en la web del periodico. Este es el ultimo:



Tienes razón, querida amiga, los obispos españoles son insaciables. Consiguen mantener el privilegio de las clases de Religión en la enseñanza pública e incrementar la financiación de la Iglesia con el presupuesto del Estado, y ya están llamando otra vez a la desobediencia civil. Ahora, para controlar los contenidos de otra asignatura más: La Educación para la Ciudadanía.
Es patente ya, Laila, que la política del Gobierno de ceder temeroso ante la presión episcopal, es un tremendo error y un evidente fracaso, porque no consigue ni conseguirá nunca satisfacer las apetencias insaciables de una Jerarquía católica integrista que, al fin y a la postre, lo que pretende es el máximo poder y la máxima influencia posibles sobre la sociedad civil. Sobre los creyentes, por descontado, pero también sobre todos los demás.
Quería el PSOE sacar a los pastores de la calle y de la agitación de su rebaño, y ahí los tienes de nuevo, abriendo el aprisco para que sus ovejas y sus cabras marchen contra las leyes y disposiciones civiles. Sin el menor complejo, con moral de victoria por lo conseguido y con el garbanzo asegurado en los presupuestos generales del Estado.
Ahora quieren intervenir todos aquellos contenidos de cualquier asignatura en que, a su juicio, "se invada el campo de la definición del bien y del mal moral". Quieren la exclusiva en la definición del bien y mal moral, como el mejor instrumento de poder sobre las conciencias. Me parece, querida Laila, muy preocupante esta nueva cruzada de los obispos. Primero, por lo aberrantes que son muchas veces las definiciones morales que tratan de imponer a todos. Piensa por ejemplo que para ellos la masturbación, o el uso del preservativo o el divorcio son males morales graves. En su lenguaje, un pecado mortal, una ofensa grave a Dios, que traería inexorablemente la condenación al sufrimiento eterno si no se consigue el perdón, que ellos también administran en exclusiva.
En segundo lugar, porque ahora es la moral, pero luego será el dogma. Y, ni lo dudes, que a poco poder que tenga la Jerarquía católica integrista, tratará, por ejemplo, de imponer en escuelas y universidades la visión creacionista sobre el origen del mundo, prohibiendo las tesis del Big Ban o del evolucionismo. Tal como ya se está intentando en los EEUU. Es claramente una vuelta al sistema inquisitorial integrista y piramidal con Dios arriba y los obispos administrándolo todo. De esto a la vigencia del índice de libros prohibidos no hay nada.
Por eso comparto contigo, querida, que es necesario negar, de una vez, esta exclusiva aberrante y afirmar que también el Estado tiene el derecho y la obligación de contribuir a la definición del bien y del mal moral para toda la ciudadanía, incluso para los católicos que están obligados a acatar y reconocer los derechos que las leyes civiles consagran como, por ejemplo, el derecho a casarse de los homosexuales, o a divorciarse o a la interrupción del embarazo en los supuestos previstos por la ley. Las leyes civiles democráticas no imponen ni tratan de imponer creencias o criterios morales, sólo protegen derechos con absoluto respeto a las creencias y a las conciencias.
El problema es que la Jerarquía católica es el único grupo del bando vencedor en la guerra civil que sigue igual que en el 36. Los falangistas y requetés han desaparecido prácticamente, la derecha cavernaria se ha reciclado en gran parte, el ejército se ha actualizado y democratizado, pero la Iglesia católica sigue exactamente igual, a pie de cruzada.
En todo caso, Laila querida, ceder a las exigencias de esta tropa es un tremendo error y muy mala política, por cierto, nada, pero nada, de izquierdas.
Un beso.
Andrés

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